30.8.08

ASESINATOS RACISTAS BLANCOS Y HETEROSEXUALES: ALEJANDRA ALBORNOZ Y MATÍAS CATRILEO


EL ESTADO,
ALEJANDRA ALBORNOZ Y MATÍAS CATRILEO

X Inti Campusano


Primera Parte

Este artículo es la primera parte de una reflexión sobre la responsabilidad del Estado de Chile en los asesinatos de Alejandra Albornoz – una joven trans (1), asesinada a golpes por una banda de autodenominados Neo Nazis, en una de las calles de la comuna de Puente de Alto – y de contra Matías Catrileo (joven mapuche, asesinado por un policía uniformado, dentro del fundo del empresario Jorge Luchsinger en la Comuna de Vilcún, la llamada Región “de la Araucanía”).

En esta primera parte expondremos dos de las ideas totalitarias insertas en la ideología del Estado de República de Chile, la Heterosexualidad y la Blancura, que explican la sistemática política de castigos y asesinatos contra los sujetos y sujetas que escapan de la norma heterosexual y blanca.

En la segunda parte nos referiremos a la culpabilidad en estos y otros crímenes que le corresponde al Estado chileno y en la tercera parte invitaremos a reflexionar sobre espacios de convergencia de los y las anormales en defensa de los derechos humanos de todos y los derechos humanas de todas, con especial énfasis en el derecho a disentir del totalitarismo y a la construcción de estrategia viables conjuntas para la transformación del actual Estado Republicano.

EL ESTADO HETEROSEXUAL y BLANCO
(cristiano y capitalista)
Hannah Arendt, en Los orígenes de totalitarismo, aclara que el totalitarismo no es siempre sinónimo de dictadura, es la dominación y la conquista el designio del totalitarismo (2). Nosotros aplicaremos esta definición a dos de los discursos hegemónicos presentes en la ideología del Estado: La heterosexualidad y la blancura, pues se corresponden con la definición propuesta por la Arendt para totalitarismo. El cristianismo y el capitalismo, también fuentes ideológicas totalitarias del Estado serán trabajadas en extenso en un futuro cercano.

Si bien el discurso totalitario casi no esta estampado en documentos oficiales, esta presente en la ejecución de políticas públicas sistemáticas, que definen que Chile es una sociedad y un Estado, heterosexual y blanco, cristiano y capitalista. El discurso oficial, que pone énfasis en los derechos y las libertades es contrarrestado por la presencia de las ideologías totalitarias, situación que no ha tratado de revertir ninguno de los administradores del Estado en la democracia actual, en la precedente (el Chile pre - Dictadura Militar) o en el extenso periodo “oficialmente liberal” que emergió con el final de la era monárquica.

HETEROSEXUALIDAD Y BLANCURA
Si la heterosexualidad es la sexualidad de Estado, tenemos que tener claro que es la heterosexualidad. Primero, tenemos que aclarar que la heterosexualidad, no son las personas que se puedan identificar como heterosexuales, tampoco el deseo sexual por el otro sexo, sino a la imposición de una serie de normas, que se hacen cumplir desde antes que surja una nueva vida humana. Se inicia con la segregación por sexo, o se es hombre o mujer, no hay otra posibilidad. A continuación el disciplinamiento en el género, a los rotulados como hombres se les condicionara en lo masculino y a las personas definidas como mujeres en lo femenino (no es posible otra combinación).

Tres verdades axiomáticas regulan la heterosexualidad:
• El hombre es superior a la mujer,
• lo femenino esta contenido y subordinado a lo masculino
• y la maternidad esta adosada a la mujer.

El deseo sexual es condicionado y disciplinado hacia la búsqueda del cuerpo del ‘otro sexo’, proceso sometido una serie de normas, desiguales (segregadas) según el sexo con el cual la ley nos rotuló. El hombre debe ir a la “conquista” de muchas mujeres y la mujer a la espera de ser “conquistada” por el futuro padre de sus hijos. Está establecido, un tipo de hombre y una tipo de mujer, que deben ser deseados y al mismo tiempo están reglamentadas las formas de desear y de ser deseables legítimamente. Con mirar un par de comerciales de la televisión, corroboramos esta información.

La blancura no es el tono o el color de la piel, sino el discurso que sostiene en el poder al sujeto que se auto define blanco, dominante y conquistador de los no blancos (mestizo, indio, extranjero) identificándolos como ‘lo negro’ (el opuesto al blanco).

La blancura produce una narración que se define a sí misma ‘científica’ (más allá de la aplicación del método científico o no). De este forma se han producido conceptos insostenibles (pero útiles en la dominación de los otros) como ‘las razas humanas’, ‘la raza blanca’, y en particular una narración derivada de las anteriores que entendemos como ‘racismo’, que es la visión blanca sobre los que no lo son.

Los fundadores de la patria, la república y el Estado (y los que heredaron su administración) se han auto designaron blancos, adhieren al macabro y científicamente insostenible concepto de “raza blanca”, determinan el carácter blanco de la nación chilena y han incluido desde los inicios de la República, planes (hasta cierto grado “exitosos”) para el blanqueamiento de la “raza” chilena. Al mismo tiempo determinaron que la sexualidad chilena, sería una, única y razón de Estado, del Estado hetero / blanco.

HETEROSEXUALIDAD, BLANCURA Y LA PRODUCCIÓN DE SUJETOS / SUJETAS DESIGUALES
Ambos discursos totalitarios los podemos entender como maquinarias productoras de sujetos desiguales unos privilegiados otros serviles a los primeros y los díscolos y disidentes, que en la medida que cuestionen la supremacía del discurso dominante serán más castigados, incluyendo el asesinato selectivo o el exterminio masivo según sea el tiempo y la necesidad de los administradores de los discurso hegemónicos y el poder estatal.

Así la heterosexualidad define como el cuerpo del hombre hiperbólicamente masculino hetero y blanco, como el privilegiado y al cuerpo mujer femenina blanca virgen o madre (donde radica su heterosexualidad legítima), como el complementario (inferior por cierto) del privilegiado y el resto (todos y todas los que no clasificamos en estas categorías) seremos los desechos humanos y humanas, restringidos a los ghettos pertinentemente, segregados entre sí, con la opción de optar a algún grado de servidumbre.

La blancura produce sujetos más o menos de la misma forma. En la medida que más se parezcan al sujeto definido como el ideal se recibirán más privilegios, que (inversamente) se reducirán en la medida que más nos diferenciamos del cuerpo modelo. Plantear la ruptura con el molde precipitará el castigo.

El blanco goza de todos los privilegios (sea mayoría o minoría numérica con relación a los otros, que no son blancos), puede apropiarse de los recursos de los vencidos, en especial de la tierra e incluso de apropiarse de los propios vencidos (esclavizándolos, transformándolos en sirvientes), apropiarse de la cultura local re bautizando la toponimia y transformar a los habitantes originales en ‘expresiones folklóricas’.

En nuestro país el sujeto blanco, esta construido por la ‘endogamia de clase’ más o menos cerrada a vincularse con ‘los mestizos promedio’, pero altamente proclive a mezclarse con la inmigración europea blanca. Este sería el núcleo de blancos propiamente tal en Chile. Este sector define la belleza, que se han encarnado Cecilia Bolocco Fonk y Urania Haltenhoff Nikiforos.

La blancura certificada abre puertas en el mercado laboral, en los asensos al trabajo, en la posibilidad de ser rostro de una empresa o para la venta de un producto o a las más altas esferas de gobierno, incluido el Palacio de la Moneda. Dos Alessandri, padre e hijo, y hasta las izquierdas y derechas están de acuerdo en reservar la moneda para los descendientes directos de la migración europea: las familias Pinochet y Bachelet, son rápidamente asociadas por la desinencia de su apellido a un mismo grupo de inmigrantes franceses.

Subordinado a este grupo esta el ‘mestizaje promedio’, producto del temprano, sistemático y masivo procesos de mestizaje endogámico que ocurrió en nuestro país, usualmente tan servil a sus amos blancos como sus ancestros el inquilinaje de a caballo y de a pie, celebra en la calle el triunfo de Cecilia o se suma a las demandas políticas de la elite, ya sea a la izquierda o la derecha.

El mapuche (el último grupo) puede optar por mestizarse o blanquearse (inclusive) para transformarse en el ‘buen salvaje’, o de resistir la imposición de la hegemonía blanca, que en el escenario actual se entiende ocupar el lugar del terrorista. Estos son los casos de Matías Catrileo el último de los caídos en esta lucha y Patricia Troncoso quien le ha ganado una batalla al Estado a un alto costo.

Cabe preguntarnos ¿Tendremos en la moneda un Catrileo o una Nancucheo? O ¿una presidenta morena?.

La Arendt explica que “Si un negro en una comunidad blanca es considerado nada más que un negro, pierde, junto con su derecho a la igualdad, esa libertad de acción que es específicamente humana; todas sus acciones son ahora explicadas como consecuencias ‘necesarias’ de alguna de sus cualidades ‘negras’” (3).

Desde esta mirada tiene sentido el concepto que el empresario forestal (dueño del Fundo Santa Margarita, donde fue asesinado Matías Catrileo) Jorge Luchsiger tiene del pueblo mapuche “El indio no ha trabajado nunca. El mapuche es un depredador, vive de lo que aporta la naturaleza, no tiene capacidad intelectual, no tiene voluntad, no tiene medios económicos, no tiene insumos. No tiene nada.” (4)

Las trans son ‘lo negro’ para el sistema heterosexual, nos imaginamos que las mismas ideas que puede tener el empresario forestal del pueblo mapuche, son las ideas que inundaban las cabezas, de los autodenominados neo nazis que golpeaban a Alejandra, en defensa del país blanco, hasta causarle la muerte.

LOS GHETTOS
Ambas maquinarias productivas, totalitarias y estatales, determinan el lugar de los sujetos / desechos. Estos lugares se estratifican según la mayor o menos cercanía con el sujeto hegemónico. Si son serviles, se les permitirá participar en algún grado en la civilidad de los amos hetero / blancos. Serán la versión criolla de los republicanos gays o el conjunto folklórico que acompañe a la gira presidencial.

Otros guettos, son más crueles. Para las trans son las calles oscuras, a las que son arrojadas por el violento rechazo de los espacios legítimamente heterosexuales: la familia, el trabajo no sexual, la educación formal, los espacios públicos iluminados por el sol, los espacios privados de acceso masivo como los mall y los guettos pagados como las discotecas, ‘privilegio de los grises más claros’ del sistema heterosexual, el gay – macho, la lesbiana con dinero.

Es la calle oscura el ghetto donde trans femeninas, son golpeadas, violadas, torturadas y asesinadas. La calle las expone a otro tipo de peligros, las drogas, el alcoholismo o el SIDA. La prostitución callejera, surge como una gran paradoja: es la única posibilidad de supervivencia que la capitalista heterosexualidad de Estado les tolera en algún grado y al mismo tiempo el principal mecanismo de exterminio de las personas trans, no sólo por que agrava todos los peligros de la calle, sino que incorpora nuevos desafíos, el trato con clientes que manejan poder económico y los privilegios de la masculinidad.

El choque con el mundo de lo ilegal y la delincuencia, puede llevar a las trans a la cárcel, otro de los espacio de exterminio, en el cual desde ya “son culpables por ser trans” y por ende se entienden culpables de todo lo que se les impute. El sistema penal oscuro para todos y todas es aún más difícil de entender para las trans femeninas que han sido privadas de la educación primaria en muchos casos, difícilmente pueden reconocer que muchos de los abusos cometidos con ellas, no sólo son injustos, sino también ilegales .

En términos estrictos el racismo es la definición de los otros a partir de la mirada blanca. En este sentido califican como ghettos racistas los conceptos de folklore, indígenas, etnias, aborígenes. Estratégicamente el poder blanco /hetero masculino evita usar el concepto de ‘nación’, para referirse a los otros, por ejemplo evitar que se legitime la noción de ‘nación mapuche’.

BLANQUEO, LA FEMINIZACIÓN y LA SUPERVIVENCIA DE LAS TRANS
Para una parte de los díscolos a la heterosexualidad (gays masculino, lesbianas femeninas) existe la estrategia del disimulo, para la trans femeninas, es imposible el disimular, buscan adaptarse al cuerpo que la heterosexualidad y la blancura consideran legitimo.

Las trans al ser privadas del derecho a la educación a edades muy tempranas, cuentan con pocos recursos para cuestionar los mandatos de sexo y género y deseo y la hegemonía de la belleza femenina blanca. Ellas sólo conocen el cuerpo impuesto para la mujer, que venden los medios, cuerpo que muchas mujeres educadas rechazan.

Para encajar (y ser sujetas legítimas) hiperbolizan algunas de las características del cuerpo legítimo, comenzando con las transformaciones posibles. El pelo es la transformación más inocua, así muchas se vuelven rubias exageradas, casi al mismo nivel que Michelle Bachelet o Shakira (ambas exageradamente y evidentemente teñidas rubias, pero validadas, por los medios y sus seguidores). Los siguientes pasos son más peligrosos, antihigiénicas y mal implementadas cirugías artesanales para inyectarse hormonas y siliconas, que le han causado la muerte a más de alguna y en el mejor de los casos acceder a una buen tratamiento de construcción del cuerpo deseado, a un altísimo costo económico, físico emocional que la legitimidad heterosexual ha pre establecido como lo valido.

Referencias
1) En el texto entenderemos por trans a las personas que han optado por construirse en el cuerpo mujer y en la feminidad, a pesar que la ley los rotule como hombres. A esta expresión las trans usualmente la identificaríamos como trans HaM (de hombre a mujer, diferenciándolas de los trans MaH de mujer a hombre), transgéneras y en algunos casos transexuales.
2) Hannah Arendt, Los Orígenes del totalitarismo. Volumen I El Antisemitismo. Página 13
3) Hannah Arendt, Los Orígenes del totalitarismo. Volumen II El Imperialismo. Página 437
4) Pedro Cayuqueo, El racista Luchsinger, periódico El ciudadano, edición de febrero de 2008, página 05

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es entendible este articulo por parte de su escritor sr. Inti Campusano quien intenta hacer creer a los lectores de algo que no es real, sin embargo bien es sabido que en chile existen algunos autodenominados Nazis, Creo que el mismo Peseudo escritor vivio en carne propia la discriminación en su epoca de liceano a fines de los 80 en el emblematico liceo de hombres Andres Bellos que paradojicamente decia ser de hombres, a muy temprana edad Inti Campusano demostro su inclinación hacia el homosexualismo, encontrando una averración el cuerpo de una mujer. este escrito realizado por Campusano cae en lo poco imparcial y lo poco tolerante que hay dentro de los Homosexuales y su mundo, favor sea mas respetuoso y aprenda a respetar a quienes son "Normales"

Anónimo dijo...

Fuerte declaración, la verdad quien daña a una mujer es una verdadera bestia, ya que lo mas hermoso que nos dio dios son las mujeres