12.5.08

(V) IR O NO IR, Y CÓMO IR O NO, A LA MANIFESTACIÓN CALLEJERA DE LA PROHIBICIÓN DE LA PAE EN $HILE


(imagen sacada de www.mpisano.cl)

En La Otra Esquina
Por Sandra Lidid

La Concertraición, al igual que todos los gobiernos
patriarcales, administra los cuerpos de acuerdo a las
necesidades político-económicas del sistema. Su
pequeña historia ha consistido en mantener las
instituciones de la dictadura y el acceso a los bienes
que esta institucionalidad les proporciona. Hay muchos
ejemplos: en diciembre 2007 en la Cámara de Diputados
por un voto de la Concertraición se perdió el
sancionar el secuestro permanente como crimen de lesa
humanidad. Para la Concertraición y sus adláteres de
todo pelaje la píldora del día después es una movida
más en el ajedrez político, no hay contenidos éticos,
sólo cálculos. De hecho el demo-cristiano Mario
Fernandez fue subsecretario de Aviación desde el 90 al
99, ministro de Defensa de Lagos y es uno de los
integrantes del Tribunal Constitucional que votó
contra la píldora... ¿En qué quedamos?

En la actual coyuntura política, con el vientre de las
mujeres se están jugando las próximas elecciones, ya
que para regocijo de la Concertraición la píldora se
transformó en una especie de transantiago de la
derecha pinochetista. Al percatarse de ello, Jovino
Novoa y otros del calibre están balbuceando algo como
que el Tribunal Constitucional no debería haberse
pronunciado respecto a la píldora del día después.

La Concertraición siempre trató de tener a su servicio
un movimiento feminista que, además de nutrirla con
ideas, le diera un toque de democracia mujeril. No lo
logró, sólo ha podido tener militantes de sus partidos
y a unas cuantas funcionarias de ONGs y muchas
instituciones “independientes” como el Foro de
Derechos Reproductivos donde participan funcionarias
“feministas” que durante años planteó el aborto
terapéutico como la única política viable en Chile y
que luego de los acuerdos de Beijing sobre aborto
(ninguna mujer debe sufrir cárcel por aborto) llama a
una manifestación callejera por la despenalización del
aborto...

La Concertraición ha, invisibilizado, estigmatizado y
acorralado en lo laboral a quienes hacen política
“desde la otra esquina”. De ahí la gravedad que desde
la “autonomía feminista” Victoria Aldunate responda a
una crítica política de Andrea Franulic (Movimiento
Feminista del Afuera) con una carta llena de
insinuaciones insultantes. Decir que las del Afuera
hacían lo mismo que los Comunistas en la manifestación
de la píldora, sin especificar, además de
anticomunismo y anti El Afuera (donde participa
Margarita Pisano, inspiradora o fundadora de todas
las instancias de autonomía feministas desde los 80)
es extraño si una piensa en las consecuencias del
anticomunismo chileno. Hacer política
auto-definiendose representante de las emociones
(¿buenas?) y de lo humano (¿cuál?), se pone fuera del
alcance del pensamiento crítico y eso es muy, pero muy
parecido al facismo.

Por mi parte comparto plenamente la crítica política
que hace Andrea Franulic al grupo Memoria Feminista
por su participación en el acto de la Concertraición y
la píldora del día después. No tiene nada de autónomo
transitar desde “la otra esquina” a una marcha de la
Concertraición en el contexto eleccionario donde
Concertraición y derecha pinochetista se disputan el
control de las riquezas de Chile o lo que van dejando
de ellas.

Como dice Kate Millet, “Las instituciones políticas
vigentes no ofrecen al grupo subalterno medios de
acción suficientes, por lo que no hay posibilidad de
organizar la oposición y la lucha sobre el terreno
político convencional”. En, ella reconocemos orígenes
quienes fundamos el feminismo autónomo y decidimos
actuar políticamente en lo que llamamos “la otra
esquina”. El llamarnos así fue un acto político,
pensado y discutido. Nos fuimos de la Estación
Mapocho -lugar donde institucionalizaron la rebeldía
de las mujeres y muchas otras- a la calle, en pleno
“pololeo” de la Concertraición con las que después
pasarían a instituciones de toda índole.

El cuerpo como lugar político

La política sexual y reproductiva patriarcal está
ideológicamente orientadas a controlar la corporalidad
de las mujeres interviniendo en ello todas las
instituciones patriarcales y cambiando a conveniencia
los argumentos.

- La ciencia con sus experimentos más variados de
bombas de hormonas, instrumentos de metal o plástico,
etc.. Los métodos anticonceptivos, incluyendo la
pastilla del día después, no son consecuencia de
investigaciones científicas hechas por las mujeres en
tanto grupo político social revolucionario, sino que
responden a las políticas de las empresas privadas de
investigación farmacéutica, entre otros.
- Las religiones con su mirada sucia sobre el cuerpo,
la sexualidad de las mujeres y su devoción por las
semillitas masculinas (con alma desde antes o después
de salidas del pene, según la tontera del o los jefes
del momento)
- Los hombres de estado, con sus cálculos políticos,
vanidades, frustraciones y ejercicios de autoritarismo
y el derecho que le da el poder sobre una o más
mujeres.
- La familia, con su escuela de domesticación para los
servicios y esclavitudes patriarcales.

Para ser mujeres libres tenemos que salir del contexto
valórico patriarcal de la idolatría de la “semillita”
que reduce a las mujeres a tierra, pachamama, donde se
instala la “semillita”. Tenemos al menos que
preguntarnos porqué no hay “medicina” para controlar
la “semillita” que pone a la mujer en situación de
reproducción. Sobre todo si la mujer se comporta como
es debido y da “siempre da la pasada” como lo
promociona el metro chileno.

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