17.12.08

Javierita por siempre



Se acerca una triste fecha para recordar, tres años de la partida de Javierita, hija de nuestra compañera y querida amiga Claudia Neira, por lo tanto, también nuestra pequeña compañerita. La vimos estar junto a nosotras, feministas activistas que por muchos años de recorrer calles de proponer, exigir, denunciar… sufrimos el castigo de la violencia que está atrapada en lo que parece una “normalidad” de esta sociedad, llevando a Javierita a la muerte al ser arrojada por la ventana del séptimo piso por el hombre que era su padre.
Dejando a su madre herida, con su cuerpo que cicatriza…y en su corazón una herida imposible de cicatrizar.
Esta sociedad que mientras por un lado cuenta a las muertas, pone cruces y cierra los casos, por otro lado; la inoperancia del aparato legal impide que sigan ocurriendo otras muertas, los medios de comunicación solo se dedican hacer show con la violencia y la gente: chistes y bromas.
Memoria feminista, feministas autónomas para hacer conciencia y pretender transformaciones, al realizar acciones-denuncia de lo terrible que es la violencia contra la mujer en todas sus manifestaciones, lo primero que nos preguntan los transeúntes es “que pasa con los hombres golpeados”… ¿cree la gente que proponemos que nos golpeemos entre unos y otras? claro que no es así... los hombres que nos “solidarizan” nos dicen “hay que puro matar a esos desgraciados” se refieren a los golpeadores y femicidas. Reflexiono: es su código, el único que conoce el patriarcado: el ejercer violencia y control, practicar la fuerza y la brutalidad.
No en vano la dictadura duró tanto tiempo en Chile y en pleno y orgulloso estado de derecho de esta democracia, reprimen al pueblo mapuche bajo el amparo legal de acusarlos de terroristas de estado. A estudiantes al exigir sus derechos se les lanza golpes, bombas lacrimógenas, agua intoxicada, secuestros y montajes. Los funcionarios públicos al hacer sus demandas, del mismo modo recibieron represión policial.
El suplicio y luego muerte de Javierita se pudo haber mitigado si tan solo un testigo hubiera reaccionado, pero el silencio cómplice es el problema, sabemos que después, muchos de esos vecinos quedaron en estado de shock y algunos ayudaron de testigos en el juicio; los golpeadores, los celópatas, los femicidas tienen el amparo social de su lado.
Han existido casos que la ayuda de vecinos es imprescindible para salvar la vida de una mujer, tenemos a Ana Morán, que está viva gracias al auxilio prestado por su vecina, con evidente riesgo de su persona por las constantes amenazas recibidas, intimidaciones de amigos y parientes del victimario casi femicida que no solo la amenazan a ella sino del mismo modo a otra vecina y a quienes estuvimos en el juicio.
La creencia que es normal que el pololo cele, el marido no dé el dinero necesario, para con ese gesto manejar, humillar, dominar, coartar, no es otra cosa que violencia. Parece tan obvio, sin embargo, no lo es…no se reconoce, se cree que nunca más se volverá a repetir alguna situación de violencia.
Nosotras, Memoria Feminista proponemos solo la autodefensa frente a la violencia, darse cuenta que se halla en esa situación y cambiar de actitud, no dejarse violentar, resistir y optar por la vida. No que otra persona o institución: padre, pololo, novio, esposo, amante, pareja, amigo, estado, gobierno, religión elija por nosotras lo que aspiramos. Solo nosotras elegimos y optamos vivir. Elijo yo que quiero hacer de mi vida…yo decido y decido vivir.
Desde un 19 de Diciembre del 2005, Javierita partió víctima pequeñita y como todas las víctimas de femicidio, sin merecerlo, solo porque la vida de las mujeres no importan al patriarcado. Si una niña está embarazada la castigan con ese embarazo y parto sin importar el trauma físico y psicológico, porque no se permite la interrupción de ese embarazo jamás deseado ni buscado…
Son demasiadas las formas de ejercer violencia, no solo la muerte, la explotación sexual, la pornografía, tener que trabajar y no poder estudiar, el hambre y una interminable larga lista de distintas manifestaciones porque la violencia está inserta en la estructura social…
No podemos aceptar ninguna otra Javierita más…sin importar la edad ni la condición socioeconómica, ni la actividad que desempeña o trabajo laboral ni raza ni nada: Ni una mujer menos Ni una muerta más.
…Javierita por siempre…
Cecilia Morales ♀ de memoria feminista, feministas autónomas.

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