6.8.08

ACOMPAÑAMOS Y ACOMPAÑAREMOS A ANA MORÁN GARRIDO: SOBREVIVIENTE DE FEMICIDIO


Instalación Feminista Autónoma en Centro de Justicia, Santiago, $hile (foto: Pavel Jofré)




DECLARACIÓN PÚBLICA FEMINISTA AUTÓNOMA














LA PROMESA DEL FEMICIDA FUE MATARLA. NO LO LOGRÓ: SI SALE LIBRE PODRÍA CUMPLIRLA…


Estamos acompañando a Ana: por ella, por otras, y por cada una de nosotras. Tenemos una causa común con Ana Morán Garrido: la aspiración de que ninguna mujer o niña, nunca más sea humillada, abusada, torturada, amedrentada o asesinada por violencia machista.

Exigimos justicia para Ana Morán Garrido y que el Estado la proteja a ella y a sus hijas de la muerte anunciada por el femicida frustrado MARCELO ROJAS REQUENA; que las instituciones y el llamado “circuito de protección” opere, al menos ahora, ya que no lo hizo cuando podría haber evitado lo que vino después: daño físico permanente y un el dolor que acompañará a Ana y a sus hijas de por vida.
Ana se encontró hace cerca de un año entre la vida y la muerte por la acción premeditada del femicida: “El agresor le enterró el cuchillo varias veces, lo deslizó desde estómago hacia abajo, le gritó que mirara la sangre, le volvió a enterrar el cuchillo en el vientre, la obligó a bajar una escalera mientras la golpeaba por la espalda, la sentó en una silla de playa y le dijo: Ahí te vai' a desangrar. Luego puso música fuerte”…

No es que creamos que las policías o las cárceles son la solución a un flagelo social como la Violencia contra las Mujeres, sabemos que el sistema policial y carcelario oprime a las personas, sin embargo una sociedad patriarcal y capitalista no ofrece ningún otro lugar para mantener a los femicidas alejados de las víctimas. La Legalidad no protege a las mujeres, y las Casas de Acogida son lugares temporales en que las mujeres pierden sus espacios y redes de apoyo, mientras los agresores siguen libres, sin mayores contratiempos, esperando que “su” mujer al cabo de tres meses vuelva a la casa donde deberá nuevamente convivir con él porque, muchas veces, la agredida no tiene otro lugar a donde ir.
Las mujeres vivimos violencia machista porque el patriarcado la produce para controlar nuestros cuerpos. Y junto con ella vivimos las consecuencias de la pobreza neoliberal que además nos humilla con el clasismo de las instituciones.
La pobreza también jugó un rol fundamental en la vida de violencia que vivieron Ana y sus hijas. Cuando ella denunció al agresor, antes del intento de femicidio, Carabineros más de una vez le respondió que en “peleas de parejas” no intervenía. Estamos seguras que no le habría respondido lo mismo a una mujer ubicada en el sector alto de la ciudad o al abogado bienpagado de alguien con medios económicos suficientes para defenderse legalmente sin recurrir al “circuito de protección”.

En el momento en que, luego del apuñalamiento, Ana casi moría por la pérdida del bazo, órgano fundamental para el sistema inmunológico, el sistema de salud pública no le pudo proveer el medicamento para sanarla, y fue la red de feministas autónomas la que lo consiguió.

Nuestra sociedad muestra incapacidad para acoger a mujeres que viven violencia, las aísla, no les cree, no las defiende, las define como “tontas” o “masoquistas”. Los medios masivos farandulizan y lucran con su dolor. La clase política usa el femicidio para sus campañas. Por eso, declaramos que no hay más prevención contra el femicidio y la Violencia contra las Mujeres que las acciones de las mismas mujeres organizadas no aceptando los juegos machistas, rechazando el lenguaje y los chistes sexistas, resistiendo, y cada una asumiendo autoconciencia y amor por sí mismas.

La historia de Ana, como la de muchas mujeres, tiene que ver con diversas violaciones a sus derechos humanos, no se protegió su vida, no se propició su salud y fue víctima de la tortura machista que ejerce el sistema patriarcal para conservarse. Por ello, como lo hemos hecho en cada caso de violación a los Derechos Humanos, exigimos Juicio y Castigo, decimos Ni Perdón Ni Olvido, y rechazamos la Impunidad.

¡NI UNA MUJER MENOS, NI UNA MUERTE MÁS!
¡CONTRA LA VIOLENCIA, RESISTENCIA Y FEMINISMO NO COMPLACIENTE!
¡DEFIÉNDETE, HABLA, GRITA, APOYA Y RESISTE!

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